
Historia Guanajuato
En el sureste del actual estado mexicano de Guanajuato habitó la primer comunidad prehispánica sedentaria de la región, en un lugar llamado Chupicuaro. Algunos de los datos que se conocen de estos habitantes como el uso de joyas y accesorios en cuerpo y cabello, la práctica de la agricultura y su gusto por los instrumentos musicales se debe gracias al descubrimiento de artesanías de barro decoradas con figurines y objetos.
Al igual que el resto de los pueblo mesoamericanos, los habitantes de Chupicuaro estuvieron fuertemente influenciados por los Teotihuacanos. A la caída del imperio, toltecas y chichimecas se establecieron en el territorio del bajío mexicano. Y a la llegada de los españoles a principios del siglo XVI, los grupos cazadores chichimecas pames, guamares y guachichiles habitaban el actual Guanajuato.
La conquista española de la Nueva Galicia, comenzó en 1529 a cargo de Nuño Beltrán de Guzmán, presidente de la Real Audiencia Española, quien comandó la cruel muerte del rey purépecha Tangaxoan. Las primeras cinco ciudades de la nueva provincia fueron Tepic, San Miguel de Culiacán, Guadalajara, Purificación y Compostela. Además, los valles y llanuras de la zona proveían las condiciones ideales para la ganadería, por lo que los encomenderos españoles invadieron las tierras indígenas con ganado bovino de raza parda y de raza negra, y oveja parda. Estos nuevos ganaderos pronto solicitarían a la corona española la concesión de mayores franjas de tierra e indígenas que trabajarían en las recién creadas haciendas.
Otra de las actividades económicas que pronto atrajo a cientos de colonizadores españoles fue la minería. Conocidos con el nombre de gambusinos, los aventureros mineros se establecieron en comunidades alrededor de la zona minera.
La llegada de los españoles no significó un mero cambio socioeconómico, sino también espiritual. La llegada de los misioneros católicos y su intensa labor de evangelización influyó grandemente en la conformación de la Nueva España. Los franciscanos fueron los primeros en llegar a los actuales estados de Guanajuato, Morelia, Michoacán y San Luis Potosí. En especial se reconoce la influencia del fraile Juan de San Miguel, a quien se le atribuye el establecimiento de los primeros hospitales de la región, además de su gran influencia en la conversión al sedentarismo de los indios purépechas y la fundación de varias ciudades como Los Reyes, Tancítaro y Periban, entre otras.
Durante este periodo, en Guanajuato las callejoneadas han sido de suma importancia para el estado, por la cual existen varias leyendas coloniales como:
Leyenda del Callejón del Beso(1600)
Carmen, hija única de un hombre duro, colérico y de buena posición social, se enamoró de Luis, un minero pobre. Al descubrir la relación, su padre la encierra y amenaza con meterla en un convento. La dama de compañía de Carmen, Brígida, le transmite a Luis la triste noticia; el joven no se da por vencido y decide irse a vivir a la casa de frente para ver a su amada. Los balcones de ambas residencias dan a un callejón tan angosto que permite a los enamorados tomarse la mano. Un día, mientras la pareja conversaba palabras de amor, fueron sorprendidos por el padre de Carmen, quien llevado por la ira, clavó una daga en el pecho de su hija. Ella murió sosteniendo la mano de Luis quien, ante lo inevitable, dejó un beso final sobre su palma.
Leyenda del tesoro de las Margaritas (1700)
En San Bartolomé hay un lugar al que se le conoce como Las Margaritas, en este lugar se cuenta que hay un tesoro que fue dejado ahí por los españoles, los lugareños narran que son animas las que sirven de guías para los paseantes que van en búsqueda del tesoro pero a cambio ellos piden un tipo de ofrenda y es que ellas buscan paz y ofrecen su ayuda con la condición de que todo aquel que encuentre algo done dinero o brinde un socorro a la iglesia o a la gente pobre y que deberán hacer un funeral aunque sea con un ataúd o caja vacía en el panteón local.
La leyenda del callejón de la Buena Muerte (1700)
Se hallaba una pequeña y humilde casa donde vivía una viejecita y su nieto, los cuales sobrevivían gracias a las limosnas que recibían. La mujer de 85 años se había encargado de cuidar al pequeño desde que su madre murió al darlo a luz, sentía una gran angustia ante la idea de morir y dejar a su nieto desamparado.
El niño enfermó gravemente de una infección, esperando que un milagro ocurriera, en un rincón de aquel oscuro y derruido cuarto, apareció una figura lúgubre, la imagen se revelaba ante ella: se escuchaba una voz que le decía:
-Soy la muerte, vengo por él
Pero la mujer suplicaba hincándose ante ella, le dijo que haría cualquier cosa con tal de conservar la vida del niño. La muerte accedió, a cambio, la mujer quedaría ciega por el resto de sus días y el niño sería su único guía en las tinieblas que la envolverían desde aquel momento.
Así fue cumplido el pacto con la muerte y Antonia, la viejecita, seguía su andar por las calles .
El nuevo orden social estaba controlado por los españoles, los criollos (españoles nacido en la Nueva España) buscaban acceder a los puestos privilegiados y el resto, es decir la mayoría de la población se conformaba de mestizos, indígenas, mulatos y africanos, ubicados en el fondo de la escalera social.
Las constantes injusticias y maltratos ejercidos sobre el pueblo eran debatidas en reuniones de conspiradores que buscaban dar fin al mal gobierno. Cuando en septiembre de 1810 uno de los grupos fue descubierto, el cura del pueblo guanajuatense de Dolores, don Miguel Hidalgo y Costilla tuvo que apresurar el levantamiento y la noche del 15 de Septiembre del mismo año llamó al pueblo a las armas con el ya famoso grito de Dolores.
Valientes guanajuatenses lucharon por la independencia mexicana al costado de los grandes héroes nacionales, algunos de los más destacados son los hermanos Albino y Francisco García, Juan Aldama, Mariano Abasolo, José María Liceaga y Encarnación Ortiz.
El 14 de Abril de 1826 se proclamó la Constitución Política del Estado de Guanajuato, sin embargo hasta 1829 se reconoce la independencia y se hace referencia a dicha leyenda de Guanajuato:
Leyenda del Pípila (1810)
Juan José de los Reyes Martínez era un minero humilde, oriundo de San Miguel de Allende, que jugó un importante papel en la toma de la Alhóndiga de Granaditas, durante la lucha de Independencia. En este lugar se refugiaron españoles y criollos, y el intendente Riaño se había hecho de un fuerte. La batalla era cruenta; y en un acto de valentía, de los Reyes se echó sobre la espalda una losa y corrió hacia la Alhóndiga a la que prendió fuego. De no haber sido por la osadía del “Pípila”, como se le conoce, es probable que Hidalgo y su ejército no hubieran triunfado.
Siguiendo con la autonomía del estado bajo el gobierno estatal de Carlos Montes de Oca.
Durante este periodo aparecío una casa bastante especial surguiendo esta leyenda:
Leyenda de la Tía Aura (1840)
Ella llega a Guanajuato en el año de 1840, la casa data de 1805, fue construida por familiares de ella que ya estaban aquí, antes de hacer lo que es la casa de tía Aura cuando lo estaban construyendo muchos albañiles salieron por que al momento de estar haciendo remodelaciones escuchaban que les hablaban por su nombre y se les apagaban las luces porque terminaban ya muy tarde de trabajar.
Pero no solo los que trabajan han sentido experiencias paranormales, se dice que una señora pego un grito y bajo corriendo y dijo que la habían asustado y dijo que había visto a una señora vestida a la antigua con un sombrero blanco, de piel blanca estatura media y a los dos o tres meses llega otra pareja y la señora también pego un grito y dijo que había visto a una señora de blanco justamente donde se le apareció a la otra señora y le dio la misma descripción
Los turbulentos tiempos políticos que vivió el país en el siglo XIX incluyen el gobierno del Gral. Antonio López de Santa Anna donde México perdió gran parte de su territorio del norte frente a los Estados Unidos de América, sufre los conflictos entre conservadores, liberales, centralistas y federalistas, vive el gobierno de “reforma” de Benito Juárez, periodo durante el cual la ciudad de Guanajuato es declarada capital del país de 1857 a 1860, para finalmente acabar el siglo con la dicatadura progrsista del Gral. Porfirio Díaz de 1877 a 1911.
Y es durante el porfiriato, que el desarrollo económico llegó al estado de Guanajuato gracias a la construcción de vías férreas y carreteras que le comunicaron con otras grandes ciudades e importantes puertos como Manzanillo, Lázaro Cárdenas, Ciudad Juárez y Tampico.
Durante la guerra de la Revolución Mexicana, la participación guanajuatense destaca con el levantamiento en armas de Cándido Navarro en Purísima guanajuato el 22 de febrero de 1911. Además de perder 200 mil habitantes duante esta guerra, el estado se vio sumido en una gran crisis económica. En 1923, con el gobierno del Presidente Plutarco Elías Calles, los estados de Guanajuato, Colima, Michoacán y Colima principalmente, sufrieron los estragos de la llamada “Guerra Cristera”, una persecución del estado para despojar de sus propiedades al clero católico mexicano.
Sucedieron hechos muy extraños durante este periodo como el actual nombre de rocoso:
La leyenda del brinco del diablo (1933)
La leyenda del brinco del diablo cuenta que cerca del año 1933 en Abasolo, situado en la parte norte de las sierras de Huanimaro sucedieron unos hechos muy extraños que dieron como resultado el actual nombre del promontorio rocoso que allí se sitúa, el nombre actual es Brinco del diablo y la historia de su origen es por demás extraña. Cuentan los lugareños que en época de los festejos patrios todas los habitantes de los alrededores decidieron realizar un paseo hacia el valle, para eso comenzaron a realizar una enramada pero cuando se encontraban a mitad del trabajo sufrieron un percance climatológico que los sorprendió, en el horizonte aparecieron de la nada unas nubes de lluvia, luego comenzó a soplar un huracán, acompaño a esto una lluvia intensa y para terminar unos truenos que surcaron el cielo. Gracias a la luz de los relámpagos los testigos pudieron ver a un hombre vestido de traje saltando de un picacho a otro, con cada salto un nuevo relámpago sucedía. Desde ese día los pobladores llaman al sitio el salto del diablo y desde ese día el lugar se visita con mucho respeto.
A principios del siglo XX, Guanajuato presume el desarrollo industrial del estado en los aiguientes rubros, textil, minero, ganadero y del cuero y el calzado. A mediados del año 1950, se establece en la ciudad de Salamanca una refinería de petróleo, llamada Refinería Antonio M. Pedro Amor, la cual impulsaría la economía no sólo del estado sino de todo el centro del país

